Sí, cocinar es lo más, transmite mucho de cada uno a las personas que queremos, nos remite a momentos vividos y hasta nos puede emocionar pero también existe una forma de alimento más asociado a lo "express", a saciar las ganas de comer de forma rápida pero que nos depara muchísimos momentos de placer: el SANDWICH, o vulgarmente conocido como "chegusán".
Los hay de todo tipo y variedad, la clave es combinar distintos ingredientes, colores, sabores y texturas entre panes: uno de los mejores inventos del mundo. Es importante usar, como en cualquier plato que cocinemos, ingredientes de primera calidad. Nada de paleta o jamón envasado al vacío, lo mejor es el jamonete natural recién cortado en la fiambrería.
Sin duda, los mejores sandwiches que comí en mi vida son los de San Antonio en Lima, Perú. Mi favorito es el Tres Jamones: jamón inglés, jamón serrano, lomito ahumado, queso edam, tomate, lechuga y mayonesa. Durante el año que vivimos en Lima, nos hicimos fanáticos de esta pastelería. Ibamos cada vez que teníamos la oportunidad, y si no la teníamos la inventábamos. Cuando volví de visita a Lima, fui específicamente a San Antonio para volver a sentir el placer del Tres Jamones... le saqué una foto para no olvidarlo jamás... inigualable!
Los sandwiches también marcaron el sexto mes de mi primer embarazo. Todos los días, convencida de que comer sandwiches era más sano que clavarme alfajores, compraba media baguette de peceto, tomate, lechuga, huevo y mayonesa en "Iván", un bolichón de microcentro. Baguette en mano, iba a la parada del 92 para ir a la facultad, y apenas me subía al bondi, procedía a abrir una servilleta sobre mi falda y desenvolver el botín. Prolijamente acababa con el sandwich sin dejar migas y haciendo malabares para no mancharme la panza. Así, logré subir unos considerables y placenteros ¡3 kilos en un mes!
Evidentemente no escarmenté. Sigo siendo débil ante el hechizo sandwichero: hoy comí sandwiches todo el día. Desayuné un tostado de pan árabe con jamón natural y queso cuartirolo de Valenti (descubrí que en esta fiambrería venden el queso cuartirolo de cuando éramos chicos: con la fécula blanca por fuera y muuuucho sabor a queso, nada que ver con los quesos mantecosos que hoy se compran en el super). Al mediodía como hacía taaaaaaaaaaaaaanto calor, volví al ataque y disfruté dos sandwiches de jamón, queso, rúcula, huevo y tomate con aceite de oliva. Por la tarde, me invitó a tomar el té mi amiga Yajaira, que hace unos sandwiches tostados increibles, y nuevamente sucumbí a la tentación... cuatro sandwiches en menos de ocho horas... estoy en problemas, definitivamente.
Mis sandwiches preferidos son:
1. jamón natural, queso cuartirolo, tomate y rúcula, rociado con aceite de oliva, sal y pimienta.
2. salmón ahumado, queso philadephia y ciboulette.
3. jamón crudo, queso brie, tomates secos rociado con aceite de oliva.
4. lomito natural, mozzarella fior di latte, tomate, albahaca, aceite de oliva y pimienta.
5. pechuga de pollo desmenuzada mezclada con apio, crema y mayonesa, unas gotas de limón y sal.
6. peceto, mostaza de dijon y morrones.
Todos tenemos un sandwich favorito, ¿cuál es el tuyo? ¡Sumá tus ideas!
Tip Bee My Chef:
Mi abuela, Noni, solía rociar el pan por dentro con aceite de oliva. Es una muy buena alternativa para quienes no comen mayonesa: le aporta humedad al sandwich ayudando a que se deslice por nuestra garganta.
Para que el sandwich sea más liviano, aconsejo quitarle la miga al pan cuando se trata de pan francés. Está bueno en estos casos contar con alguien a quien le guste comerse la miga ¡como a mi marido!
Si quieren saber más sobre el origen del tan venerado sandwich, encontré una página muy buena para visitar: http://www.elsandwich.com.ar/.