lunes, 11 de febrero de 2013

Lemon pie de campo


Vine al campo con la balanza, la batidora y la espátula de goma, lista para descansar 10 días con mi familia y cocinar cosas ricas. ¡Nada me hizo suponer que no iba a contar con un palo de amasar! Habrase visto una cocina de campo sin palo de amasar... ¡impensado!

Descubrí tan imprevisible ausencia el segundo día de campo, cuando me dispuse a hacer una tarta de choclo para lo que amasé una masa casera con manteca. Claramente amasar con una botella de vino no fue lo ideal y terminé estirándola con los dedos en el molde. La tarta salió exquisita pero yo no estaba feliz con el grosor de la masa. A mí me gusta la masa finita.

El campo es ideal para encarar ese tipo de misiones para las que en casa mi marido se resistiría, por lo que al proponerle que fabricara un palo de amasar aceptó rápidamente. Junto con mi forzudo cuñado, trabajaron horas hasta que lograron un palo de amasar perfecto fabricado con un caño de agua al que lijaron hasta quitarle toda la pintura exterior. Previo lavarlo meticulosamente, lo estrené.


La primera producción fueron dos tartas nuevas: una de acelgas de la huerta de un campo aledaño, otra de jamón, queso y ciboulette. De ellas no quedaron rastros, ni registro alguno.

La segunda producción fue un lemon pie que llevamos a la casa de unos amigos cordobeses que hornearon pizzas caseras en un horno de barro increíble.


Como no tenía los ingredientes para hacer el lemon pie que preparo siempre, improvisé con una lata de leche condensada que había traído de Buenos Aires para hacer algún flan. Por suerte salió riquísimo y todos los comensales quedaron muy contentos. Les comparto esta versión campestre:


Ingredientes

Masa:
250g. harina
100g. manteca
100g. azúcar
2 yema
2 cda. polvo Royal
4 cdas. leche
Ralladura de 1 limón

Relleno:
397gr. de leche condensada (1 lata)
125ml. de jugo de limón
3 yemas

Merengue:

4 claras
¼ tza. de azúcar
1 tza. de azúcar
½ tza. de agua
1 cda. de azúcar impalpable


Procedimiento

Masa:
Unir todos los ingredientes hasta obtener una masa suave y homogénea. Reservar envuelta en un film en la heladera por 30min.

Estirar la masa y cubrir con ella el fondo de una tartera desmontable de 25cm. de diámetro, enmantecada y enharinada. Pinchar el fondo y cocinar durante 10 minutos en horno medio (180°C). Reservar.

Relleno:
En un bowl, mezclar la leche condensada con el jugo de limón y las yemas de huevo.

Verter la mezcla en la tarta previamente cocida y llevar nuevamente al horno (180°C) durante 10 minutos más. Reservar.

Merengue:

En un bowl poner las 4 claras y ¼ tza. de azúcar. Reservar sin batir.

En una olla chica pero con boca amplia incluir 1 tza. de azúcar y el agua. Llevar a punto de ebullición sin revolver JAMÁS.

Una vez que hierve y se funde el azúcar, se comienzan a batir las claras a nieve.

El almíbar continuará elevando su temperatura una vez que pasa el punto de ebullición. En ese momento, mientras se continúan batiendo las claras, comienza el trabajo paciente del punto bolita. Para detectarlo se debe introducir las puntas de un tenedor en el almíbar y luego dejar gotear el mismo sobre el mármol o una superficie fría. El punto exacto estará cuando las gotitas de almíbar formen bolitas que no se deformen ni aplasten al tocar el mármol.

Una vez alcanzado el punto bolita, se debe introducir el almíbar en las claras batidas a nieve. Incorporarlo en forma de hilo cerca de las paletas para que el calor se distribuya de forma pareja. Se debe continuar batiendo hasta que el merengue esté a temperatura ambiente.

Al batido final, incorporar 1 cda. de azúcar impalpable para mantener el merengue más firme y protegerlo de la humedad ambiente.

Armado:
Cubrir la tarta con el merengue y llevar a la heladera hasta servir.