Una de las tantas cosas que mantengo desde que era chiquita, es mi fanatismo por las sorpresas. Me encanta sorprender y que me sorprendan. Creo que una vez que uno pierde la capacidad de asombro, no quedan esperanzas.
En Argentina se estila hacer una lista de regalos al momento de casarse para que los invitados puedan elegir y regalar lo que los novios necesitan. Es práctico y apunta a ayudar a las personas en la búsqueda del regalo perfecto para los novios. Últimamente, si bien sigue haciéndose la lista, la mayoría de las parejas elige que no se les envíen los regalos sino que se genera un crédito en el negocio que luego se cambia por lo que se necesita. Cuando Lucas y yo nos casamos, una de las cosas que elegimos fue recibir cada uno de los regalos que nos hacían. Así, cada día al volver del trabajo, teníamos muchísimos paquetes para abrir. No hay nada más mágico que abrir un paquete y sorprenderse... cada regalo era entonces puesto en el living de la casa de mis suegros con la ayuda de mi suegra, Lucrecia. Era un homenaje, un agradecimiento a todas las personas que nos acompañaban en ese momento tan mágico e importante en nuestras vidas.
Así, todo. Descubrir lo inesperado oculto en algo siempre genera momentos inolvidables... En la cocina pasa lo mismo, cada bocado que damos a algo nuevo, nos sorprende y nos genera un sinfín de sensaciones. Cuando era chica todo lo que tuviera "un corazón de", era para mí irresistible. Comía rápidamente para descubrir ese corazón y cuando ya sabía qué era, me dedicaba a comer por los costados para dejar lo mejor para el final. La sorpresa.
Este mediodía hice croquetas de arroz con corazón de queso. Son súper fáciles de hacer pero ¡nunca las había hecho! Les dejo la receta que improvisé y logró sorprender a todos en la mesa.
Ingredientes - para 10 croquetas
2 tazas de arroz blanco cocido
1 zanahoria pequeña
1 cebolla de verdeo
1 diente de ajo pequeño
2cdas. de perejil picado
1 huevo
pan rallado
sal y pimienta
10 cubitos de queso cremoso
Procedimiento
Pelar y cortar la zanahoria en pequeños cuadraditos. Cortar la cebolla de verdeo en rodajitas pequeñas y picar el diente de ajo. Cocinar en una sartén con aceite de oliva hasta que las zanahorias estén tiernas. Retirar del fuego y reservar.
En un bowl colocar el arroz, el perejil picado, la mezcla de zanahorias, cebolla de verdeo y ajo, 2 cucharadas de pan rallado, el huevo, sal y pimienta y mezclar con una cuchara de madera hasta unir.
Colocar pan rallado en un plato hondo. Con las manos, hacer bolitas con la mezcla de arroz. En el centro de cada bolita que armemos, colocar un cubito de queso cremoso. Una vez que tengamos una bolita formada, pasar por pan rallado y reservar sobre una bandeja. Repetir hasta formar las 10 croquetas.
Reservar todas las croquetas en la heladera durante 20min. antes de freír.
Calentar aceite de girasol en una sartén. No hace falta que sea muchísima cantidad, con que cubra hasta la mitad de las croquetas, es suficiente. Cuando el aceite esté bien caliente, colocar las croquetas y dorar en todas sus caras. Retirar del aceite con espumadera y colocar en un plato con papel absorbente antes de servir.
Tips BeeMyChef
Para preparar las croquetas, no hace falta hacer arroz en el momento. Se puede utilizar arroz que haya sobrado del día anterior. De esta manera evitamos desperdiciar comida y ¡la reinventamos!
Es importante enfriar las croquetas en la heladera antes de freírlas, para evitar que se desarmen en la sartén. Un poco de paciencia y las croquetas van a salir riquísimas.
Esta es una manera divertida de asegurarse que los chicos coman cereales, verduras y lácteos. Suma mucho presentarlas con alguna salsita para que mojen cada croqueta al comerlas con las manos. Con ketchup, es suficiente.