viernes, 8 de enero de 2010

Agnolottis: para cuando tengan tiempo

La receta más “top” de mi papá es la de los agnolottis de espinaca, jamón y queso parmesano. Desde que era chica siempre que se quería agasajar a una persona en mi casa, se lo invitaba a comer agnolottis caseros con estofado: IMBATIBLES.

De niña mi rol se resumía a cerrar los agnolottis junto con mi hermana y mi mamá. Nos poníamos las tres alrededor de la mesa del comedor diario y mi papá distribuía los disquitos de masa casera entre sus “asistentes” que procedíamos a colocar el relleno y hacer el repulgue pertinente. Llegábamos a llenar varias asaderas con agnolottis y más agnolottis…

Seis meses después de casarme, enviaron a mi marido a trabajar a Lima, Perú, por lo que yo, habiendo sido víctima de la debacle de 2001 luego de la que cerró la empresa para la que trabajaba, lo seguí. Lucas trabajaba de lunes a sábado, sin parar… ¿yo? Buscaba hacerme amigos o por lo menos conocer a alguien con quien hablar, de lunes a sábados, también sin parar. Me anoté en clases de gimnasia, salsa, merengue y yoga. Tomé varias sesiones de sauna junto con varias mujeres de las que lo máximo que pude conocer fueron los lunares que tenían en el cuerpo (por no entrar en mayores detalles). Pero nada… seguía sin conseguir entablar una conversación por más de 5 minutos con nadie. ¿Resultado? Yo no hablaba con nadie en todo el día mientras que Lucas se pasaba el día conversando con personas, entonces cuando llegaba a casa con ganas de paz, ¡yo sólo quería hablar y recuperar el tiempo perdido! Esto no estaba ayudando a nuestra flamante vida matrimonial…

El clima en Lima “te lima”, es siempre igual: nublado, sin frío ni calor, sin cambios mayores de un día a otro, por lo que, mientras buscaba trabajo intensamente y diseñaba las estrategias más alocadas para captar amigos, me puse a cocinar y a probar e inventar recetas todos los días. Hasta que un día lo llamé a papá y le pedí que me enviara la receta de los agnolottis ya que en Lima no habían buenas casas de pasta y mi contenido de “tuco en sangre” estaba bajando a niveles ¡intolerables!

Los agnolottis me sirvieron como excelente labor terapia y marcaron el punto de inflexión en mi salud mental: habiendo estado 3 meses en Lima, y no habiendo tenido éxito en hacer amigos ni en encontrar trabajo, estuve tooooooooooooooodo un día amasando agnolottis con una botella que hacía las veces de palo de amasar. Ese día cuando Lucas llegó de trabajar y me preguntó “¿cómo estás? ¿qué hiciste hoy?”, se encontró con una loca sacada que, con ojos desorbitados, harina de los pies a la cabeza y pelos revueltos le contestó, “agnolottis, ¡150 agnolottis!”, mientras con las manos mostraba la mesada cubierta de sombreritos idénticos ¡en fila india!

Por suerte a la semana conseguí trabajo en McCann Erickson, me hice muchos y buenos amigos, y el resto del año en Lima, así como nuestro primer año de casados, fueron INOLVIDABLES.

Les paso la receta de los agnolottis, los hicimos hace unos pocos días con mi papá en su casa, donde tiene una cocina que invita a cocinar las 24hs del día, y para lo que usamos una mesada de madera especialmente diseñada para amasar. Un placer que supimos disfrutar durante las 4 horas que dedicamos a cocinar este manjar.

Ingredientes

Relleno:
500gr. espinacas (peso en crudo)
250gr. jamón cocido
2 huevos
200gr. queso parmesano rallado
Sal, pimienta y abundante nuez moscada



Masa:
500gr. harina común
Pizca de sal
1 cdita. polvo Royal
2 huevos
Agua

Procedimiento

Relleno:
Blanquear las espinacas y escurrir toda el agua que contengan.
Picar el jamón cocido y la espinaca.
Mezclar el jamón, la espinaca, los huevos y el queso parmesano en un bowl.
Agregar sal, pimienta y abundante nuez moscada.

Masa:
Poner la harina mezclada con la sal y el polvo Royal en forma de corona sobre la mesada. En el centro incluir los 2 huevos. Mezclar con las manos y agregar agua de a poco para sumar humedad. El agua debe ser la justa como para permitir formar el bollo de masa.
Dejar descansar 10 min.

Cortar el bollo de masa en 4 partes iguales. Se debe estirar la masa con palo de amasar o máquina de pastas hasta que la misma quede delgadísima. Cortar los discos de masa con un vaso de whisky.

Tomar cada disco y poner una cdita de relleno en el centro. Mojar con el dedo la mitad de la circunferencia para poder cerrar el agnolotti como un semicírculo. Luego mojar una de las puntas con un poquito de agua y unirla con la otra.

Tip Bee My Chef:

La masa de los agnolottis debe ser fina ya que al hervirlos la misma se hace más gruesa. El espesor de la masa debería ser siempre el mismo para obtener una cocción pareja.

Mirá los videos de cómo lo hicimos la última vez:
Primero amasamos: 1, 2, 3
Después los rellenamos y cerramos los agnolottis

2 comentarios:

  1. Esperare ansiosamente a que vuelvas y me guies !!!Como me ves??? Que manjar!!!
    Un beso enorme
    Vivi

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  2. Cuando vuelva, te prometo cocinarles en vivo! Así aprendes todos los secretos!
    Besos a todos!
    Los quiero!

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