domingo, 5 de diciembre de 2010

Selva Negra


Nono era mi abuelo paterno y un gran amigo para mí. Fue el primero en enseñarme el valor del dinero. Todos los domingos nos llevaba a mi hermana y a mí al kiosko a comprar U$1 de caramelos, “tienen U$1 para gastar en lo que quieran así siempre van a poder comprar la misma cantidad de caramelos o más”, nos explicaba. Tal es así que esa ha sido mi forma de ahorro desde entonces.

Tenía muchas cosas que nunca voy a olvidar… Por ejemplo, era un experto seleccionador de naranjas de ombligo que pelaba con muchísima dedicación quitándoles hasta el último rastro de ollejo que tenían. Me encantaba robarle gajos una vez que terminaba de pelarlos. Siempre se enojaba, pero sé que en el fondo le encantaba compartir naranjas con sus nietas.

Era bastante quisquilloso con la comida, ante la duda le preguntaba a mi abuela si lo que estaba por probar le gustaba, o no. Si hubiera sabido las veces que mi abuela lo engañaba para que comiera cualquier cosa... Una vez lo convenció que el pulpo que estaba por comer era “papa a la cucharita”. Se lo comió todo, todo.
Otra persona en la que mi abuelo confiaba ciegamente a la hora de comer era mi mamá, y entre todas las cosas que le gustaban de su cocina, la torta Selva Negra era sin dudas su preferida. En los últimos días pensé muchas veces en mi abuelo y eso me llevó a querer hacer esta torta para homenajearlo… les comparto la receta, entonces.

Ingredientes:

Bizcochuelo:
6 yemas
6 claras
100gr. chocolate rallado
3 cdas. harina leudante
6 cdas. azúcar
Esencia de vainilla
Cognac
Pizca de sal

Para el relleno:
Ganache de chocolate:
250cc. crema de leche
150gr. chocolate rallado
3 cdas. de azúcar impalpable

Relleno de frutillas:
100cc. crema de leche
1 cda. azúcar
200gr. frutillas maduras
1 cda. de azúcar
Procedimiento:

Para el bizcochuelo, enmantecar y enharinar un molde de torta de 20cm. de diámetro y calentar el horno a 160°C.

Batir las claras con la piza de sal y el azúcar a punto nieve.

A parte batir levemente las yemas con el cognac y la esencia de vainilla. En otro bowl mezclar la harina leudante con el chocolate rallado.

Utilizando un batidor de alambre y en movimientos envolventes, incorporar a las claras batidas a nieve de forma alternada, la mezcla de yemas y la de harina y chocolate.

Cocinar a 160°C durante 45min o hasta que los lados del bizcochuelo se hayan despegado de las paredes del molde.

Ganache: hervir la crema e incorporar el azúcar impalpable junto con el chocolate rallado. Revolver hasta que quede una crema de chocolate lisa y homogénea. Dejar fuera de la heladera para que se atempere.

Relleno de frutillas: cortar las frutillas en rodajas finas y reservarlas en un bowl con azúcar dentro de la heladera para que se maceren durante 1 hora. Batir la crema de leche con el azúcar hasta obtener una crema chantilly.

Armado de la torta:
Una vez que el bizcochuelo está frío, hacer 2 cortes generando 3 rodajas. Una capa se rellena con ¾ de la ganache de chocolate, la segunda capa se cubre con crema chantilly y encima se esparcen las frutillas previamente maceradas. Cubrir la torta con el resto de la ganache y llevar la torta a la heladera.
Terminar la decoración con unos copos de crema chantilly coronando frutillas enteras.
Tips Bee My Chef:

Para saber el punto justo de las claras a nieve, una forma de comprobarlo es dar vuelta el bowl del batido: si las claras se mantienen en su lugar y no caen, está listo. ¡Por las dudas no prueben dar vuelta el bowl encima de sus cabezas!

La ganache es fácil de hacer pero no debe enfriarse demasiado para evitar que se solidifique. Esparcirla como relleno cuando aún esté líquida y cubrir la torta con la misma también para que fluya naturalmente. Si se llega a solidificar, volver a derretirla a baño maría.

Esta torta queda más rica si la hacemos de un día para el otro.

1 comentario:

  1. Te ha quedado preciosa.

    Sin duda este tipo de recuerdos, a mi me hacen sentir muy afortunada. Son para siempre y esos nadie nos los va a quitar.

    Besos

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