La vida se presenta con cambios
siempre. Por momentos son cambios más evidentes, quizás hasta más necesarios.
Se presentan de repente, o quizás sean fruto de un proceso largo que
internamente transitamos. ¿Será que estoy cumpliendo 40 años este año? ¿Quizás
sea que la rutina me aburre? No sé muy bien, pero a pesar de haber encarado una
mudanza en 2016 que implicó un cambio radical en nuestro estilo y ritmo de
vida, terminé el año con ansias de seguir cambiando. El foco: conectar con lo
que me llenaba el alma, encontrar proyectos y desafíos que me permitieran
sentirme viva, elegir de manera consciente lo que quiero priorizando ante todo
a mi familia. Entonces dejé la agencia de comunicación que ayudé a fundar hace
6 años y de la que fui socia. Y elegí seguir sola, con la libertad de sumarme a
lo que me hiciera vibrar. Porque todos nos vamos a morir, esa es una certeza; hace
un tiempo decidí vivir hasta el día que muera.
En este momento estoy volviendo
de trabajar en Lima. Viajo mucho para colaborar en un proyecto que me llena el
alma, un proyecto que elegí de manera consciente. Entonces sentada en el avión
empiezo a pensar en mi familia, deseando que los minutos pasen rápido para
volver a verlos a pesar de que hace tan sólo 2 días que me fui. Y pienso en mi
último día en Buenos Aires antes de partir: cociné mucho, para dejarles un
poquito de mí, para transmitirles cuánto los amo. Cociné y no lo hice sola: mi
hija menor me ayudó a preparar galletitas especiales que les gustaran a todos y
que todos pudieran comer.
El concepto de que “todos puedan
comer algo” es nuevo en casa. Surgió cuando mi marido recibió la noticia de que
tiene colesterol alto. Entonces tuvimos que despedirnos de la manteca, la
crema, los quesos habitués de mi cocina diaria, para buscar alternativas ricas
y que pudieran comer todos. Cambiamos. Otro cambio.
Y así inventamos estas deliciosas
galletitas de banana, avena y almendras. Dividí la mezcla y a una parte también
le sume chips de chocolate así mis hijos no me hacían un piquete. Les comparto
la receta:
Ingredientes (salen 20 galletitas
aproximadamente)
1 banana bien madura
¾ taza de azúcar
1 taza de harina 0000
1 cdta de bicarbonato de sodio
1 taza de avena
½ pocillo de aceite de maíz
1 cdta de esencia de vainilla
¼ taza de almendras picadas en
trozos grandes
Procedimiento:
Precalentar el horno a 180°C.
En un bowl pisar la banana con un
pisa puré hasta obtener una pasta homogénea. Agregar el azúcar y la esencia de
vainilla y mezclar con cuchara de madera hasta integrar. Sumar el aceite de
maíz y mezclar nuevamente.
Agregar la harina, el bicarbonato
de sodio y la avena, mezclar. Incorporar las almendras picadas.
En una placa de horno distribuir 1 cucharada de mezcla por cada galletita dejando una distancia entre
cada una para evitar que se peguen en la cocción.
Cocinar durante 15min o hasta que
las galletitas estén doradas. Retirar del horno y dejar enfriar en una rejilla
antes de servir.
Tips BeeMyChef:
Se le puede sumar a la mezcla
chips de chocolate, ralladura de coco, nueces, semillas... ¡Usen su
imaginación!
Esta receta es ideal para
rescatar las bananas que ya están demasiado maduras o golpeadas para comer con
la mano.
Se ven deliciosas. :)
ResponderEliminarGracias Silvia! No dejes de probarlas!!! :)
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