sábado, 14 de abril de 2012

Un acercamiento con mis raíces judías


De acuerdo con Gaby Glazer, su creadora, Yom Goy ofrece cenas judías para huérfanos de bobe a través de "una experiencia gastronómica-cultural pensada para primerizos, poco experimentados o curiosos de la cultura moishe".

Siendo que parte de mi herencia es judía, la propuesta de Yom Goy me atrajo desde el primer momento. Desde que mi bisabuela, Baba, murió no tuve mayor contacto con sus tradiciones o sabrosa comida. Sin embargo, después de ser parte de una de las cenas de Yom Goy, pude darme cuenta que la esencia siempre está y que parte de lo que pude compartir en este encuentro se ve reflejado en mi familia aunque no le pongan nombre.

El encuentro se realizó en el restaurant Efímero Festín de Palermo donde Gaby, con mucha pasión y entusiasmo, organizó una mesa en "u" para 25 comensales. Esta cena era particularmente especial por ser el Gran Seder de Pesaj, el momento en que los judíos recuerdan el éxodo de Egipto hacia la tierra prometida. Por este motivo, la cena tuvo de todo: los platos típicos de esta festividad, música en vivo y las explicaciones "con estilo stand up" de Gaby Glazer que lograron teñir de humor un relato que de por sí está cargado de dolor y sufrimiento.

Compartir la mesa con personas que uno no conoce puede ser una lotería, pero por suerte la experiencia fue más que interesante. Desde el primer momento compartimos matzá con jarozet (una mezcla de manzanas, nueces y miel) y jrein (una mezcla de remolachas ralladas con rábano picante) conversando mientras esperábamos que comenzara el banquete.


El primer plato era la clásica sopa de Kneidalaj, un gustoso caldo de gallina con bolas de harina de matzá. Parece que la elaboración de los kneidalaj tiene su secreto e involucraría, según contaron Gaby y su mamá, un misterioso chorrito de soda en algún momento. Nos reímos mucho, pero nunca entendí cuándo va. 


La sopa resultó ser más que potente por lo que al plato principal llegué con poco resto. Se trataba de Pastrami con Ferfalaj. Más conocido como pastrón, el pastrami se hace con tapa de asado y tiene un proceso de preparación de varios días para lograr su sabor y consistencia. El que sirvieron en esta cena, estaba muy bien logrado. Los ferfalaj son una especie de ñoquicitos muy sabrosos que pronto aprenderé a preparar, prometo.


De postre, Keis Kijn, una torta de queso exquisita que remató una velada extraordinaria. Mientras saboreábamos nuestra porción pudimos escuchar música típica en vivo ejecutada por dos músicos que lograban transmitir una pasión y sentimiento que me emocionaron.



Yom Goy organiza cenas mensuales. Pueden enterarse de todos los detalles a través de su fanpage: https://www.facebook.com/yomgoy. Vale la pena.


2 comentarios:

  1. Buenísimo Pau, qué lástima no haberme enterado antes de esta cena increíble, ya mismo los sigo en Facebook! Mi novio es de familia judía y en las fiestas generalmente comemos estas cosas tan ricas, que siempre ando con ganas de aprender, me encanta la comida judía, y el pastrami es lo más! El farfalej (en cajita) lo podés conseguir en cualquier dietética o súper, es barato y rinde mucho, en casa lo comemos seguido! besoss!

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  2. Hola Agus!
    Seguilos que arman cenas periódicas. Es muy divertido y muy rico!
    Voy a buscar los ferfalej para probar hacerlos. Gracias por el dato!
    Un beso

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